En momentos donde el BCRA se
aproxima a la implementación de un esquema de “Metas de Inflación” (IT),
resulta interesante analizar las experiencias de Chile y Colombia. Estos dos
países sufrieron inflación moderada – entre 15 y 30% anual- por alrededor de 10
y 20 años respectivamente, y lograron reducirla a un dígito a partir de la
década del ’90 con la implementación de IT.
La adopción de este régimen se
dio de manera gradual. En el caso de Colombia, el programa completo de IT se
implementó definitivamente en el 2002, aunque a partir de 1991 se comenzó a
avanzar en esa dirección. Luego de 20 años de inflación moderada, se estableció
la independencia del Banco Central, se removieron la mayoría de los controles
de capitales y se le otorgó mayor flexibilidad al tipo de cambio. Durante esta
etapa, la política monetaria consistió en establecer metas de agregados
monetarios y lograr una transición hacia la flotación libre del tipo de cambio.
En 1999 se establecieron metas de inflación (aunque no formalmente para el
público), se dejó flotar libremente el tipo de cambio (aunque se permitieron
intervenciones puntuales) y se pasó a usar la tasa de interés como principal
instrumento de política. Recién en 2002 se estableció un programa completo de
IT.
Los resultados fueron
satisfactorios. Durante la década del ’90, la inflación fue cayendo
gradualmente, desde un pico de 32.4% en 1990 hasta 16.7% en 1998. Sin embargo,
no fue hasta la adopción definitiva de IT, que la inflación no descendió a
niveles de un dígito. Recién en 1999 cayó a 9.2% y en el 2004 se estableció en
torno al 5%. En definitiva, la experiencia de Colombia, que fue una aplicación
gradual del programa, muestra que se tardó nueve años en reducir la inflación a
un dígito.
El camino de Chile fue más rápido
y también comenzó con el establecimiento de la independencia del Banco Central
en 1989. En septiembre de 1990 se adoptó formalmente el programa de IT con el
objetivo de reducir gradualmente la inflación para evitar un impacto mayor en
el crecimiento y desempleo. La inflación había rondado 21.5% desde 1982 y había
llegado a un pico de 27.3% en 1990. En los primeros años se establecieron
rangos de inflación (dada la alta inercia que hacía difícil la estimación
futura), y luego se pasó a un esquema de metas puntuales una vez que se redujo
la inflación a un dígito. El programa fue altamente exitoso y para 1994, la
inflación se estableció en 8.9% llegando a niveles por debajo del 3% a fines de
la década. Es decir, que en 4 años, Chile logró pasar de una inflación moderada
de casi 10 años a una inflación de un dígito.
¿Cuáles son las perspectivas para
Argentina?
La inflación en Argentina
promedió 25% en los últimos 10 años, lo que lleva a un punto de partida similar
al de estos dos casos. En tanto, el Banco Central ha dado señales de querer
implementar el programa lo más rápido posible como lo hizo Chile. En este sentido,
cumplió con rapidez dos requisitos primordiales: comenzar a usar la tasa de
interés como instrumento principal de política monetaria e implementar una
flotación libre del tipo de cambio (con intervenciones puntuales). Sin embargo,
aún restan por cumplir otros requisitos para la adopción definitiva del
programa. En primer lugar, la elaboración de un índice de precios oficial que
permita establecer metas de inflación claras. En segundo lugar, se deberá
establecer un mecanismo de comunicación transparente y preciso de las metas y sus
resultados. Por último, y quizás más importante, se deberá recuperar la
credibilidad del Banco Central que ha sido tan dañada en los últimos años. Así,
la rapidez con la que pretende actuar el BCRA lo asemeja más al caso de Chile.
Aún partiendo de una inflación más baja, la experiencia chilena muestra que la
reducción de la inflación a un dígito tardó cuatro años.
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