La inflación seguirá bajando en lo que resta del año,
aunque mostrando volatilidad por los cambios tarifarios.
Por la retracción en la tarifa de gas que estableció
el reciente fallo de la Corte, corresponderá una baja en el IPC-INDEC que cubre
el AMBA de -0.7 p.p. en agosto y -1.0 p.p. en septiembre. No obstante, seguramente habrá nuevas subas hacia octubre y noviembre
tras las audiencias que comenzarán en septiembre, si bien probablemente menores
a las establecidas en abril, con lo cual cabe esperar una suba pero menor a 1.7
p.p. desde entonces.
En tanto estos
efectos se han concentrado sobre el AMBA, donde las tarifas especialmente en distribución
se encontraban relativamente más atrasadas que en el resto del país, la incidencia sobre el IPC Nacional que
sigue el Banco Central quedará diluida a cerca de dos tercios del total en AMBA.
Más allá de esta volatilidad, la desinflación se viene
observando en un amplio conjunto de ítems de la canasta. La notable excepción
hasta ahora son los precios de los alimentos, que se resisten a ceder a la
política monetaria contractiva. En el AMBA subieron
3.7% en mayo, 3.2% en junio y 2.7% en julio. Las cifras preliminares de agosto
se ubican cerca de 2%.
El Banco Central
ha sido exitoso en llevar la inflación a la zona de 2% mensual. Ahora el desafío es perforar el 1.5% y
mantenerse sistemáticamente por debajo de esa cifra el año próximo, de modo
de acercarse al techo del Programa Monetario del 17% anual, que es también la
referencia de la Ley de Presupuesto.
¿Cuáles son las referencias del paisaje para
orientarnos si vamos bien encaminados hacia la Ruta 17?. La primera referencia más
cercana es la evolución de los alimentos. Si ceden en los próximos meses
vamos por buen camino.
La segunda señal más adelante en el recorrido son las
paritarias sindicales semestrales o anuales que se
vayan negociando. Más allá de la desaceleración de la inflación, ¿se sentarán
los gremios en la mesa de negociación pensando en la inflación futura o
pidiendo la recomposición del salario real perdido este año? Es difícil pensar
que no harán esto último. Cuánto más
dura sea la discusión salarial, más nos estaremos desviando de la Ruta 17. La
pauta salarial de 21% que se estaría incorporando al Presupuesto necesariamente
requerirá de un acuerdo social amplio.
Por último, es importante no desviarse de la Ruta 17
tras haberla alcanzado. Para ello, las
tarifas deberían subir lo suficiente como para no atrasarse en términos reales
deteriorando la posición fiscal, aunque no tanto como para complicar el
objetivo de inflación del 17%.
Alcanzar y transitar la Ruta 17 sin mayores
sobresaltos es una tarea compleja pero posible.
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