El salario real de bolsillo de los docentes bonaerenses, que se considera como representativo y se utiliza como referencia
en las paritarias bonaerenses, creció
3.8% el año pasado. Más aún, en los
últimos dos años acumularon una mejora real de 15.2%.
En tanto no han sufrido una pérdida significativa, parece bastante
razonable que ésta paritaria se negocie sobre la base de la inflación futura, incorporando una cláusula gatillo que dispare una actualización
automática por inflación en caso que la inflación supere determinado umbral (el
18% en el caso de la oferta del gobierno bonaerense).
Se trata de una indexación asimétrica, en tanto si la inflación
termina siendo menor a la establecida en el acuerdo, la diferencia se convierte
toda en ganancia de salario real. Si la inflación
es mayor, el salario se ajusta en forma inmediata para mantener constante el
poder adquisitivo.
La mejora salarial que tuvieron los
docentes bonaerenses fue a contramano de lo que sucedió en otros sectores, en
tanto los salarios generales en promedio cayeron cerca de 5% el año pasado. En
este sentido, aquellos sectores que
sufrieron pérdidas en el salario real sí deberían incorporar a la inflación
pasada (y no sólo la futura) en las discusiones salariales. Este fue el caso de
los bancarios, que acordaron un ajuste del 4.0% como compensación del año
anterior, más un 19.5% actualizable en forma inmediata si la inflación supera
esa cifra antes del cierre del año. Por
ello, lo más razonable parecería ser un análisis caso por caso.
La indexación asimétrica no parece ser el mejor instrumento si es
utilizado en forma recurrente cada año, aunque luce muy conveniente en este
contexto de desinflación, conflictividad sindical y
transición desde un 2016 con alta inflación hacia un 2017 con una inflación que
bajará a la mitad. Lo bueno es que
construye un puente entre la meta del Banco Central y las paritarias que
negocian los sindicatos. Lo malo es que establece en los contratos un mecanismo
de indexación por inflación que tiende a sostener la persistencia
inflacionaria y no resulta conveniente para facilitar una desinflación
relativamente veloz. Esta herramienta debería ser la excepción por este año y
no convertirse en una regla en los años siguientes.
Los aumentos salariales que se establezcan en las paritarias son muy
importantes para la estrategia antiinflacionaria del Banco Central. Si los
mismos se mantienen por debajo del 24% como hasta ahora, se puede aspirar
tranquilamente a una inflación en el rango del 20%.
La paritaria de los docentes bonaerenses cobra mucho interés en
estos días por varias razones. Uno de cada cuatro
trabajadores de los 3.5 millones de empleados públicos lo hacen en la
educación. Por ello los gremios docentes son tan poderosos. Por otro lado, el
presupuesto para educación en Argentina ronda el 6% del PBI, del cual cerca del
90% se destina al pago de salarios.
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