La
semana pasada tuvo lugar una colocación de Bonos Internacionales de la
República de Paraguay. Se trató de una
emisión de US$ 500 millones con un plazo de madurez de 10 años, y el apetito de
los inversores por estos bonos fue muy grande, ya que la demanda fue más de 6
veces superior al monto de emisión. La tasa de interés nos debería causar
envidia: 4.70% de cupón anual.
Aunque
podría considerárselo un hecho aislado, no lo fue. La semana anterior, Bolivia
había emitido US$ 1,000 millones a un plazo de 10 años a una tasa de 4.50%
anual.
Los bonos de la República Argentina a similar plazo
rinden en el mercado secundario aproximadamente 6.7%. ¿Qué podemos hacer para
arrimarnos a nuestros vecinos del Norte? Ellos
tienen un nivel de riesgo país cercano a los 200 puntos básicos frente a
nuestros 450 puntos de prima sobre los Treasuries americanos. Veamos
·
El ratio de deuda a PBI no es
una diferencia material. Paraguay y
Bolivia tienen una deuda pública en el orden de los 25 y los 22 puntos de su
PBI, en línea con nuestros 25 puntos netos de deuda intra-sector público.
·
El balance fiscal es una parte
importante de la película. El déficit
total de Paraguay es el menor de la región, con un rojo de 1.5% del PBI. Bolivia, ha virado desde superávits hasta el
año 2013 a un déficit estimado en 6.7% en 2017, pero con gastos de capital
equivalentes a 15 puntos del PBI (incluyendo costos de nacionalización). El
número para Argentina este año es un déficit total estimado en 6%, cifra que no
incluye pago de intereses intra-sector público por otro 1%.
·
El crecimiento económico
reciente también entra en juego. Bolivia
y Paraguay lideran el crecimiento regional promedio para 2016 y 2017 con tasas
"casi Chinas" de 4%. El podio
lo completa Perú. Nosotros estaremos empatando en cero componiendo una caída de 2.3% el
año pasado con crecimiento de 3.2% este año.
Al
momento de elaborar sus ratings, las agencias calificadoras de riesgo
crediticio tienen en cuenta estos indicadores.
No es casualidad que la nota de Paraguay y Bolivia sea BB, igual que Brasil y mejor que
nuestra B solitaria.
Reducir la brecha de riesgo país que nos separa de los países BB equivale a una baja de tasa de 250 pbs. aproximadamente. Esto equivale a recortar el costo de financiamiento anual en unos US$ 5,000 millones, poco menos de 1% del PBI. Para ponerlo en
perspectiva, el impacto fiscal de ese ahorro es similar al de recaudar
consistentemente todos los años medio "blanqueo" tan exitoso como el que
está culminando en estos días, el más voluminoso del que haya registro a nivel
internacional.
Si
lográsemos reducir a la mitad la brecha en el costo de financiamiento en
comparación con Paraguay y Bolivia habríamos logrado ese ahorro. De ahí debe quedar claro que no podemos ni
debemos escatimar esfuerzos y que es perentorio avanzar en esa línea. No podemos perder otra oportunidad.
Como
surge de las comparaciones de cifras macroeconómicas de más arriba, las dos
palancas que nos van a permitir la reducción de la prima de riesgo país son el
crecimiento económico y la consolidación fiscal. Cada vez hay más brotes verdes que nos indican
que el ciclo económico pegó la vuelta en el cuarto trimestre de 2016 y que
confirman que el gradualismo fiscal está dando sus resultados, sobre todo en un
año electoral.
Pero no hay que dormirse en los "brotes
verdes" luego de las elecciones de mitad de mandato. Argentina debe dar señales
claras de contención de gasto hacia finales de 2017 sin afectar la
consolidación del crecimiento económico.
El incentivo es grande. Los
riesgos de no hacerlo no deben ser subestimados.
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