martes, 27 de marzo de 2018

¿Los precios se están desacoplando del tipo de cambio?


La depreciación del peso de los últimos meses hasta ahora ha tenido un impacto muy acotado en la inflación minorista y bastante menor que en experiencias pasadas. Es un progreso logrado en muy poco tiempo, aunque creemos que aún es temprano para cantar victoria.
La inflación mayorista, que inevitablemente está mucho más vinculada al tipo de cambio por la mayor incidencia de bienes transables internacionalmente, se aceleró en los primeros dos meses del año y aún desconocemos la magnitud de este potencial impulso sobre los precios minoristas.
En definitiva, todavía no sabemos si los mecanismos de propagación desde el tipo de cambio a los precios minoristas efectivamente están funcionando con menor intensidad, como sucede en casi todos los países de la región, o si en realidad están funcionando más despacio y se harán más visibles en los próximos meses.
Veamos las últimas experiencias. La devaluación de principios de 2014 fue cercana al 30% y dos veces más grande que la depreciación reciente. En aquel momento, la inflación core (que obvia los ajustes de tarifas) en los dos meses posteriores a la devaluación acumuló una aceleración de unos 6 puntos porcentuales respecto al ritmo que tenía antes. Simplificando, el traspaso entonces fue cercano al 20% en los primeros dos meses. 


En cambio, la inflación core en enero y febrero de este año (1.7% y 2.1%) mostró una aceleración acumulada de apenas 0.4 puntos porcentuales respecto al ritmo que mostraba en los meses anteriores (1.7% mensual), en un contexto en que el tipo de cambio subió cerca de 15%. Medido de esta forma, el traspaso fue menor al 3%.
En síntesis, hasta ahora el impacto sobre los precios minoristas fue muy acotado y el traspaso ha disminuido sustancialmente respecto al pasado reciente. No obstante, nos parece necesario contar con una ventana de tiempo más amplia para poder extraer conclusiones definitivas. 


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